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El tren suena a lo lejos, el humo de la locomotora se desplaza entre las nubes, empaña la pequeña ventana del cuarto de costura de una tienda de sombreros donde Sophie, su joven administradora, cose ensimismada.

Es el final de la jornada laboral, las empleadas de la tienda se disponen a salir, convidan a Sophie a ir con ellas a divertirse, pero como es habitual, rehúsa la invitación.

De pronto alguien grita “miren es el castillo de Howl”, Sophie levanta la mirada y a través de la ventana logra ver a lo lejos un gigantesco insecto metálico ocultándose en la neblina.

Una de las mujeres comenta que Howl destrozó el corazón de una joven, otra le replica divertida que no tiene de qué preocuparse porque Howl sólo le hace eso a mujeres hermosas. Sophie continúa trabajando sin prestar atención a la conversación, el tren vuelve a pasar y el humo de la locomotora empaña nuevamente la ventana, cuando las mujeres han salido, Sophie se levanta y se dispone a hacer lo propio, toma un sombrero, se mira al espejo y le hace un gesto de reproche a su reflejo en descontento con su apariencia.

Sophie sale de la tienda camino a la panadería donde trabaja su hermana, toma un callejón para alejarse de la avenida principal atiborrada de los espectadores de un desfile militar que está teniendo lugar. En el callejón, es acosada por dos militares, ella intenta, con timidez y sin éxito, deshacerse de los acosadores, se lee en sus maneras la amenaza de violación.

De pronto, un tercer hombre aparece de súbito, abraza a Sophie por los hombros, ella está asustada y no atina a reaccionar, él, en tono amable y familiar le dice: «ahí estás preciosa, siento llegar tarde. Estuve buscándote por todas partes».

Los acosadores lo increpan con agresividad y el desconocido les obliga a marchar con un poco sutil truco de magia que acrecienta el nerviosismo de Sophie, luego se ofrece a escoltarla hasta su destino indicándole además que lo están siguiendo, que actúe natural. La toma del brazo y caminan, ella está aterrorizada, es un hechicero.

Pero, no tiene tiempo para pensar cómo zafarse de la situación porque a sus espaldas, masas antropomórficas con sombrero salen de las paredes, él le pide que lo disculpe porque la involucró, Sophie está cada vez más asustada, pero se aferra al brazo del desconocido con la esperanza de que él sepa cómo salvarles de tan terrorífica situación, caminan más rápido, cada vez hay más criaturas persiguiéndoles les obstruyen el paso hasta acorralarles y cuando parece que no hay salida, que les atraparán, el desconocido abraza a Sophie por la cintura y salta.

Sus cuerpos son tan ligeros que el salto les elevó por encima de los edificios. En el aire, él le indica que siga caminando, ella así lo hace. Ahora el miedo se ha mezclado con maravilla, caminan sobre el aire. El rostro de Sophie refleja confianza, ya no se siente en peligro, incluso sonríe. Él la lleva hasta su destino, la deja caer suavemente en el balcón, le asegura que ahuyentará a quienes les persiguen, que se quede dentro hasta que ya no haya peligro, ella asiente, le mira abrumada y excitada, él se despide elogiando su capacidad para sobrellevar la situación y se pierde en el aire o en la multitud.

En la panadería, Lettie, la hermana de Sophie, atiende a los clientes: hombres babeantes de deseo, ella actúa con amabilidad, se nota que ha normalizado que los hombres le manifiesten abiertamente el interés sexual que les despierta, parece que disfruta de la atención. Una compañera de trabajo se acerca para informarle de la presencia de Sophie en la panadería, le dice que entró volando por el balcón como un ángel, Lettie corre preocupada al encuentro de su hermana, al verla descubre que todo es verdad, Sophie parece estar shock, pero por fortuna, está bien.

Lettie lleva a Sophie a una bodega para conversar, ahí descubrimos su preocupación por que Sophie se haya condenado a sí misma a una vida rutinaria y sin emoción en la tienda de sombreros, le pide que piense en ella, que haga algo por ella, descubrimos que Sophie se rindió, no espera nada de la vida, cree que la magia que podría descubrir con una vida apasionante es un privilegio de las mujeres bonitas y para su fortuna, carecer de ese privilegio al menos le asegura que Howl no devorará su corazón.

De vuelta en la tienda de sombreros, Sophie recibe la visita de una extraña mujer: es alta, gorda, de voz grave y engreída; Sophie le pide que se vaya porque la tienda está cerrada, la mujer señala con sarcasmo el atrevimiento de Sophie al enfrentarse a la Bruja del Páramo. Sophie está nuevamente paralizada, la Bruja abre los brazos, levita, su cuerpo se transparenta y con una sonrisa malévola vuela hacia Sophie, ella intenta protegerse cubriendo su rostro con los brazos, la Bruja la cobija lentamente con su cuerpo atravesando cada uno de sus poros, es un abrigo peligroso, luego avanza hasta la puerta de salida, se detiene, mira a Sophie con la misma sonrisa malévola de hace un momento y le advierte que no podrá decirle a nadie sobre el hechizo que acaba de lanzarle, concluye con un petición: “me saludas a Howl” dice, y se va en un carruaje tirado por sus esbirros: masas antropomórficas con sombrero.

La joven administradora de la tienda de sombreros mira sus manos con incredulidad, tienen tanto exceso de piel que parecen la cara de un mastín napolitano, entonces toca su rostro, se siente igual, corre en busca de un espejo para confirmar lo que temía: ahora tiene la apariencia de una anciana de noventa años. Se sobresalta, luego hace un llamado a la cordura y a la calma, es un mal sueño se dice quiere creer que en la mañana todo volverá a la normalidad, así que se va a la cama.

A la mañana siguiente descubre que el mal sueño no era tal, sigue siendo una joven en el cuerpo de una anciana, entonces se arma de valor, apela a su mente positiva y así, como si fuera cosa de todos los días, normaliza su nueva realidad, incluso cree que está mejor de esta manera: finalmente se ve como se siente. Empaca algo de comer y emprende el camino para encontrar a La Bruja del Páramo.

Estás en el Gimnasio para escritores un E-learning de entrenamiento teórico y práctico para la escritura de ficción, hoy hablaremos de Howl no ugoku shiro de Studio Ghibli, traducida como El castillo ambulante o El increíble castillo vagabundo.

Mi nombre es Eddy Janeth M.H., escritora, directora de teatro, docente, fundadora del Gimnasio para escritores y tu entrenadora personal.

¿Empezamos?

Preciosa humanidad, les saludo, en la introducción escuchaste un resumen literario de los primeros quince minutos de El castillo ambulante, esa fue la primera película que vi de Studio Ghibli, con los años descubriría que la mayoría de los personajes creados por Hayao Miyazaki, el fundador del Studio, animador y director de la mayoría de sus películas, son mayoritariamente mujeres, me atrevo a decir que Studio Ghibli es feminista.

Y es en el interior de este Studio que se gesta esta historia antiguerra llena de magia y habrá quien diga: “no Eddy, esta película es la adaptación de una novela” y yo te diré “sí, pero cuando se crea una obra, en este caso una película, la obra debe juzgarse independiente de su fuente, en este caso la novela” y eso justamente lo que voy a hacer aquí.

Ahora sí, entremos en materia. Seguramente ya me has escuchado antes decir que toda historia de ficción trata de una búsqueda, generalmente una búsqueda del Yo, bueno, Sophie, el personaje protagónico de El castillo ambulante al final de su recorrido se encuentra con el amor hacia sí misma, sí esta es una historia de romance y antiguerra cuyo tema principal es la autoestima.

Hablemos del romance y la guerra

En esta historia no te vas a encontrar con escenas de desencuentros donde uno quiere confesarle su amor al otro y una serie de eventos desafortunados obstaculizan la confesión hasta que en el clímax del tercer acto los personajes logran liberarse de sus máscaras y hacer que lo que podrían haber hecho desde el principio de la historia: ser honestos; no, en este romance Sophie y Howl se enamorarán de a poco y cuando el sentimiento es claro para ellos lo admitirán sin problemas, porque la historia no va de si podrán estar juntos o no y porque el que estén juntos no depende de obstáculos externos sino de su crecimiento interno.

Así, Sophie debe ganar la confianza suficiente para creer que merece ser amada y Howl debe aprender a darle la cara a sus problemas en lugar de huir de ellos.

Aquí es necesario aclarar algunos puntos de la historia:

Primero: el castillo está en constante movimiento porque Howl está escondiéndose de Madame Suliman su maestra y algo así como la ministra de guerra del rey, ella se encarga de reclutar a los hechiceros, magos y brujas del reino para que combatan del lado de la corona en la guerra, la consecuencia de aceptar ser soldados del rey es el desprendimiento de su humanidad. Howl, temeroso de Suliman huye de su radar, aunque también combate en la guerra, pero no para atacar a alguno de los bandos sino para desarmarlos a ambos y proteger a la población civil.

Entonces, el romance entre Howl y Sophie aparece como una posibilidad sólo cuando él decide dejar de huir, lo hace con plena conciencia de que morirá a manos de Suliman o sus esbirros, pero quiere protegerla, espera que su decisión le permita tener una mejor vida una en la que no tenga que permanecer oculta.

Sophie, por su parte, tiene un objetivo similar:

Segundo punto aclaratorio: en el tercer acto, Suliman encuentra el castillo y lo ataca, si Calcifer, el demonio de fuego que mantiene el castillo en movimiento, se apaga, Howl también morirá. Howl y Calcifer están atados por una maldición compartida si Sophie rompe la maldición antes de que Calcifer se apague Howl podrá defenderse de los ataques de Suliman y sobrevivir.  

Al final, Sophie logra romper la maldición de Howl y Calcifer, también rompe, aunque no lo buscaba la de, Cabeza de nabo, un espantapájaros que la estuvo acompañando desde el inicio de su camino, la guerra termina tan injustificadamente como de seguro comenzó, esto no es un error de guion es una postura política, y colorían colorado, vivieron felices por siempre.

En una entrevista Miyazaki dijo que no incluía personajes malvados en sus historias porque se vería obligado a dibujar la maldad y eso no es muy placentero y en efecto si algo caracteriza la obra de este director es la ausencia de maldad, Suliman, por tanto, no es un personaje malvado, la bruja del Páramo, quien hechiza a Sophie, tampoco lo es, la primera está cegada estúpida irracionalidad de la guerra y lo admite al final cuando decide que es tiempo de terminarla, la segunda, está obsesionada con la belleza y la juventud por eso persigue sin descanso a Howl y por eso hechiza a Sophie, pero en ningún caso es maldad lo que representan.

Un principio creativo para autores, autores, actrices y actores es no juzgar al personaje, este principio es, en la obra de Miyazaki un recurso dramático pues la ausencia de maldad en el universo de sus historias abre el terreno para la empatía y entonces la negatividad, que no es lo mismo que la maldad, es una enfermedad que puede curarse, por eso las víctimas abrirán los brazos para ayudar a sanar al que está enfermo de negatividad, por eso la bruja del páramo es cuidada por Sophie cuando Suliman le quita su magia y por eso Suliman no es atacada cuando entiende que la guerra no tiene sentido y decide que es tiempo de terminarla.

Hablemos de belleza y autoestima

Ya está claro que Sophie cree que es fea y esa idea también la ha convencido de que su rol en cualquier espacio es el de ama de llaves, es la administradora de la tienda de sombreros porque era de su padre y al ser la mayor decidió que es su responsabilidad mantenerla funcionando; cuando llega al castillo de Howl se da a sí misma el cargo de empleada de servicio y cuando Howl le dice cuán hermosa ella es para él, se resguarda en el hechizo porque le cuesta verse con los ojos que él la ve.

Howl por su parte tiene su apariencia en muy buena estima, al iniciar la película es un hombre rubio y por un error de Sophie su cabello se torna primero rojizo y finalmente negro, este cambio en su apariencia le deprime, la idea de no ser atractivo le invita a coquetear con la muerte. Hay que recordar aquí que Howl fue pupilo de Madame Suliman, cuando él y Sophie están en el castillo del rey podemos ver que todos los pupilos que Suliman tiene a su cargo son niños delgados y rubios, sin duda su obsesión con la apariencia tuvo que nacer en esa etapa de su vida, pues cuando le vemos antes de que fuera protegido de esta mujer su cabello era negro. Tan pronto Howl acepta su nuevo viejo color de cabello, empieza su transformación.

No podemos dejar de lado a la bruja del páramo, está obsesionada con la juventud y belleza de Howl, quiere robar su corazón, siente que le pertenece, alguna vez ella y Howl fueron pareja, pero él la abandonó cuando no encontró belleza en su corazón y desde entonces ella lo busca y él se oculta. Cuando Suliman le quita la magia a la bruja, esta envejece rápidamente, pero su obsesión por Howl no se acaba, cuando descubre que el corazón está en el interior de Calcifer se aferra al fuego sin importarle que puede quemarse, quiere el joven corazón de Howl para ella y sólo se lo entrega a Sophie porque admite que lo ama, ahí se da cuenta que ese corazón no será suyo sólo porque así lo quiere.

Sólo cuando estos tres personajes completan su arco de transformación la historia puede concluir, en el proceso todos los eventos llevan a ese último momento.

Conclusión

Miyazaki propende por la ruptura de lo convencional, El castillo ambulante es una obra de precisión matemática, generalmente, en un diseño convencional hay una trama principal acompañada de una o varias subtramas que, eventualmente, desembocarán en esa trama central que define la historia; El castillo ambulante, por su parte, está construido a través de pequeñas subtramas, puedes perder de vista a dónde te está conduciendo la historia sólo si esperas la convencionalidad del personaje principal activo que persigue un deseo consciente, pero si descubres el diseño de su historia descubrirás un bosque lleno de ríos que, en el tercer acto, desembocan al unísono en el mar, entonces cada momento de la historia, cada gota de lluvia, para continuar con la analogía, cobra sentido.

Cierro esta lección citando a Miyazaki: «Las películas fáciles de entender son aburridas, las tramas lógicas sacrifican la creatividad. A mí me interesa romper las convenciones. Los niños lo entienden, ellos no funcionan con la lógica

Preciosa humanidad, eso es todo por hoy, gracias por escucharme, un saludo, un abrazo gigante y hasta luego.