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De American Psycho se dijo que es machista y misógina, en su momento generó protestas de grupos feministas alzando la voz en contra del “mensaje” de la película; pero, esa misma sociedad hizo de Donald Trump, el modelo de masculinidad norteamericana ensalzado en la película, su presidente.

El universo en el que se desarrolla la historia de Patrick Bateman, el personaje protagónico de American Psycho interpretado por Christian Bale, es de hombres blancos, metrosexuales y exitosos. Este éxito se mide por la apariencia física, la capacidad de gasto, es decir, no importa cuánta plata tengan sino cuánta están dispuestos a gastar y dónde, la conciencia social discursiva, y el sexo heterosexual; en consecuencia, los empresarios homosexuales viven en el closet y por ello son tratados con igualdad aparente y las mujeres son objetos cuyo valor está determinado por la capacidad que estas tengan de otorgar placer y provocar deseo, esto último con el propósito de que el hombre blanco que la posee genere envidia en sus colegas. Para que así sea, las mujeres de este universo deben ser blancas, delgadas, vestir bien y utilizar tacones. El epítome de la masculinidad norteamericana, en la película, es Donald Trump, esto puede inferirse fácilmente a partir de las escenas en donde es nombrado.

Así las cosas, no es sorpresa que la primera víctima sea una mujer, no ocurre en pantalla, pero es fácil de inferir, el segundo es un indigente negro y su perro, el perro fue principalmente para que supiéramos que Patrick no tiene emociones, por si no nos quedó claro luego de que matara a una mujer y a un hombre negro e insisto en lo de negro porque no creo que sea casualidad, creo que ayuda a dibujar mejor el universo de la historia, ese en el que los hombres blancos son empresarios exitosos, los hombres negros son indigentes, las mujeres blancas sólo sirven para el sexo, las negras no existen, los homosexuales están en el closet, las asiáticas trabajan en salones de belleza, los travestis son decorados y espectáculos de discotecas, los latinos son dueños de restaurantes para las clases medias y bajas y el consumo de cocaína es una elegante actividad social.

Entonces, el primer asesinato es sugerido y perpetrado en contra de una mujer, el segundo es en contra de un opuesto, el siguiente es en contra de un colega, quien en su imaginario es superior, y después mujeres, muchas mujeres, las prefiere rubias, aunque no siempre se le da, delgadas, entaconadas, bisexuales y sumisas, si no son sumisas lo resuelve con un polvito en la bebida y “sale pa’ pintura”.

En mi opinión American Psycho es una excelente crítica al macho norteamericano y por eso tiene lugar en un universo artificial de hombres blancos cocainómanos, racistas, homofóbicos, machistas y misóginos en el que todos quieren ser Donald Trump.

Estás en el Calentamiento del Gimnasio para Escritores, acá cada semana te entrego el análisis de un texto dramático, hoy hablaremos de universo e inmersión a partir de la película del 2000 American Psycho.

Mi nombre es Eddy Janeth M.H, soy escritora, directora de teatro, docente, fundadora del Gimnasio para Escritores y tu entrenadora personal.

¿Empezamos?

American Psycho abre con una imagen de pornografía culinaria, unas gotas rojas sobre un fondo blanco que emulan a la sangre, un cuchillo de cocinero y carne roja en un plato blanco: elegante, bien decorado, simétrico, perfecto. La cámara recorre el restaurante, nos muestra otros platos blancos, bien decorados, simétricos y perfectos, luego los comensales, blancos, bien decorados, simétricos y perfectos, le siguen los meseros de saco blanco y dicción perfecta enlistando los elegantes nombres de la carta y llegamos a la mesa en la que están Patrick Bateman y sus colegas, el primer texto viene de uno de los colegas en un tono arrogante, dice: “odio este lugar, es un restaurante para mujeres”.

Ese texto abre la conversación y aprenderemos algunas cosas importantes de los hombres de este universo:

  • Todos consumen cocaína.
    • A ninguno le gusta estar en espacios sociales frecuentados principalmente por mujeres.
    • Dorsia es un restaurante exclusivo al que este grupo de empresarios no tienen acceso.
    • Tienen opiniones antisemitas.
    • Todos tienen cuenta en el mismo banco.
    • Paul Allen es un colega cuya apariencia es fácil de confundir con la de otros.

Este último detalle es importante porque más adelante nos daremos cuenta de que no solo es fácil confundir a Paul Allen con alguien más sino que todos corren con la misma suerte porque tienen el mismo estilo: misma ropa, mismo corte de cabello, mismo tono de piel (gracias a las cámaras bronceadoras), mismas gafas, mismas tarjetas de presentación, mismo cargo, mismas aspiraciones de encajar y sobre salir (para ello deben ser parecidos pero ligeramente mejores); esto trae como consecuencia que nadie sepa realmente quién es quién. A Bateman por ejemplo sólo su grupo de amigos le llama por su nombre, los demás, aunque tengan una opinión, negativa siempre, de Patrick Bateman, le confunden con otro colega cualquiera; esta ausencia de identidad individual jugará en favor del protagonista al avanzar la historia.

La primera vez que nos muestran un destello de la mente de Bateman ocurre en una discoteca, va a comprar un par de tragos y la mujer que lo atiende, la bartender, le mira a los ojos y le dice que sólo se recibe efectivo, él paga, ella se da la vuelta para preparar los tragos y él dice: “eres una perra asquerosa, quiero matarte a puñaladas y jugar con tu sangre”, lo dice en voz alta, no hay cambio en la atmósfera o en la expresión de la mujer, lo único particular es que en la segunda parte del texto, la que refiere su deseo de matarla, le vemos a él a través de un espejo. La bartender le entrega los tragos, pero esta vez no le mira a la cara, él sonríe y se va. Una pequeña batalla, una pequeña victoria para Bateman y nadie además de él y ella quiso ser testigo, porque no sólo ella escuchó la amenaza, pero todos los que oyeron decidieron ignorar el suceso, bloquearlo y ella hizo lo propio arropándose en el temor.

En el siguiente cuadro entenderemos por qué la directora de la película, Mary Harron, decidió mostrar a Bateman a través del espejo cuando manifestó su deseo hacia la bartender.

Luego de presentarse con nosotros y enseñarnos su extrema rutina de cuidado personal diario, el protagonista dice: “hay una idea de Patrick Bateman, una especie de abstracción, pero no es mi yo real, es sólo una entidad, algo ilusorio y aunque puedo ocultar mi fría mirada y puedes darme la mano y sentir el contacto de la carne y quizá llegues a creer que llevamos estilos de vida parecidos, yo simplemente no estoy ahí”. Le vimos a través del espejo no porque lo que dijo lo hubiese pensado y nada más sino porque a través del espejo pudimos ver su verdadera cara y en adelante, nos moveremos entre estos dos mundos, entre la vida social, la que aceptamos fácilmente como real y la vida privada, la del espejo que, aunque nos cueste admitirlo, no es menos real que la primera.

El universo de American Psycho

Hablemos con mayor detalle de las caras de Patrick Bateman:

Una en el que utiliza la máscara, la vida social, esa en el que todos quieren ser Donald Trump y otra donde se despoja de la máscara, la vida privada, la realidad del espejo. La primera suena a oficina y restaurantes elegantes, la segunda a música pop para calmar el espíritu, pornografía para coquetear y La masacre de Texas para estimular la energía y la motivación.

La masacre de Texas es una película de terror sobre una familia caníbal que asesina adolescentes, el arma predilecta de Leatherface, el asesino principal, es una sierra eléctrica.

Esta película, y otras probablemente, es la música de fondo que utiliza Bateman para hacer ejercicio.

La vida privada del protagonista de la historia suena a pornografía y masacres. Pero, para nosotros los espectadores, también suena a película de terror, y la escuchamos por primera vez cuando se sugiere el asesinato de una mujer, la música anuncia que estamos en el interior de la mente de Bateman, en la realidad del espejo.

Volviendo a La masacre de Texas, cuando la historia nos permite entrar por completo en la realidad del espejo lo encontraremos persiguiendo a una mujer rubia con una sierra eléctrica emulando así la película que ya reconocemos como estimulante de sus impulsos; la rubia que huye se encuentra con otra mujer muerta en el baño, lo que hace que pensemos que, si a esta la quiere matar igual que a la rubia de La masacre de Texas, probablemente a la otra la asesinó igual que Norman Bates a Marion Crane en Psycho de Alfred Hitchcock.

Por otro lado, en la vida de social de Bateman, encontraremos, además de sus colegas a tres mujeres, su secretaría, su novia y su amante: la primera, una jovencita sumisa; la segunda, una mujer rica, autocomplaciente, egoísta y llena de sí misma; la tercera, una mujer deprimida, dopada con medicinas psiquiátricas y con tendencias suicidas.

Podríamos resumir la relación que tiene con ellas así: a la secretaría la domina, a su novia la menosprecia, es una mutua actividad deportiva, y a la amante la utiliza, a esta última le sugiere tomar café para curar la depresión y le dice que se ve bien cuando ella le pide hablar en un evidente grito de auxilio para prevenir su suicidio.

Ahora bien, la vida social y la privada de Bateman empiezan a mostrársenos sin sugerencias a partir de un suceso en apariencia mínimo: Paul Allen entra en la oficina donde están Patrick y sus colegas, Allen confunde a Bateman con un tal Marcus Halberstram, le pregunta por una tal Cecilia, uno de los colegas felicita a Allen por un logro laboral y le invita a jugar Squash, Allen le pasa su tarjeta, el colega la recibe, la mira y la guarda con desdén, Allen rehúsa la invitación diciendo que tiene una reservación en Dorsia, ese restaurante que ya sabemos es extremadamente exclusivo, todos miran a Allen con notoria sorpresa, incredulidad y envidia, Allen sale y Patrick saca su tarjeta de presentación, cada uno hace lo propio, comparan las tarjetas señalando las pequeñas diferencias que hacen a una mejor que otra, Patrick pide ver la tarjeta de Allen, la examina con evidente excitación, envidia y repulsión.

Luego se nos muestra un plano abierto, en la noche, en la calle, Patrick entra a un callejón, vuelve a sonar esa música que nos dice que estamos en la realidad del espejo. Esta música me recordó a El gabinete del doctor Caligari, ambas logran generarme una fuerte sensación de incomodidad, de ansiedad, de urgencia por huir. En esta escena, Patrick asesina al indigente.

Resumamos:

American Psycho presenta el universo de su historia en dos categorías, el relativo a la vida social y el relativo a la vida privada, en el primero se mueven los rituales: el cuidado personal, las discotecas, la cocaína y los restaurantes; y se mueven las relaciones con colegas y parejas. En el segundo universo, se mueve el consumo que alimenta la psique del protagonista: música pop, biografías de asesinos seriales, pornografía y películas de terror; y se mueven los asesinatos, ahí es donde convergen la realidad del espejo y la vida real, ahí es donde el personaje protagónico es sin máscaras.

Vemos la realidad del espejo en el máximo clímax del primer acto, cuando Bateman asesina a Paul Allen en la sala de su casa mientras lo instruye en por qué la canción Hip to be square de Huey Lewis and The news es una obra maestra: “…porque no solo habla de los placeres, de la conformidad y de la importancia de las modas, también es una declaración personal sobre el grupo” y le clava un hacha en la cabeza, seguido de seis hachazos más sólo para descargar el odio y la envidia.

Así terminamos de conocer las dos caras del universo de Patrick y se nos invita a acompañarle al segundo acto.

El suspenso en American Psycho

El segundo acto inicia con Patrick arrastrando el cuerpo de Allen en una bolsa de diseñador, va dejando una mancha roja en el piso, al portero del edificio parece no importarle, se encuentra con un amigo en la calle y pregunta por el diseñador de la bolsa, no por la sangre que de seguro es evidente.

Este acto contará con la presencia del detective Donald Kimball un hombre contratado para investigar la desaparición de Paul Allen. Su presencia sirve de gatillo para detonar la inestabilidad mental de Bateman, por eso en algunos momentos parecerá que le acusa y en otros que sólo le interroga para cumplir y cerrar el caso.

En este acto también conoceremos el modus operandi de Bateman, contrata dos mujeres, una a través de una agencia y otra en la calle, las lleva a su apartamento, se presenta como Paul Allen tiene sexo con ambas, se excita con su reflejo en el espejo y las violenta de alguna manera que no se nos muestra. Como ya conocemos la realidad del espejo, esta es una escena inquietante, pero agradecemos cuando las vemos salir del apartamento sangrando, pero vivas.

Hay un momento muy interesante en esta escena, Patrick les dice que trabaja en Wall Street en Pierce and Pierce, les pregunta si les suena el nombre, la mujer que viene de la agencia niega con la cabeza, la que contrató en la calle asiente lentamente y se tensiona, parece asustada, no es la primera vez que está con un hombre de Wall Street, hay una pausa incómoda y ella inteligentemente dice: “tienes un apartamento muy bonito Paul, ¿cuánto pagaste por él?”

Luego intentará matar a uno de sus colegas porque, al igual que Paul Allen, tiene una tarjeta de presentación mejor que la suya, se detiene porque le gana la repugnancia cuando este colega confiesa el interés sexual que le ha despertado Patrick por años.

Y entonces se nos sugiere el asesinato de otra mujer, modelo, rubia, se conocen en una discoteca, salen juntos y la escena corta al día siguiente en la oficina donde Bateman se acaricia la cara con un mechón de cabello rubio mientras responde un crucigrama.

Invita a su secretaría a una cita, ella acepta emocionada, nuevamente la escena es movida por el suspenso, sabemos que Patrick la quiere matar, es casi seguro que va a morir, y entonces suena el teléfono, la novia de Patrick deja un mensaje y él cambia de opinión, le dice a su secretaría que se vaya porque teme no poder controlarse y hacerle daño, ella cree que se refiere a herirla en una relación de pareja y se va.

Al día siguiente Patrick cena con Donald Kimball, el detective, está evidentemente nervioso, y es aquí donde la ausencia de individualidad juega a su favor, como Paul Allen le confundía con Marcus el detective tiene en sus notas que la noche en que desapareció Paul cenó con Marcus, pero Marcus estaba también cenando con otros colegas entre ellos alguien a quien llaman Patrick Bateman y así por una confusión inicialmente molesta, Patrick queda libre de sospecha.

Para celebrar, vuelve con la mujer que contrató en la calle, la convence para que le acompañe otra vez asegurándole que no será como la última, cuando salió lastimada, ella accede, van al apartamento de Paul donde se encontrarán con una vieja amiga de Patrick.

Hitchcock, explicó el suspenso con este ejemplo:

“Cuatro personas están sentados a la mesa, hablando de baseball, o lo que quieras, cinco minutos de esto, bastante aburrida, de repente una bomba estalla, vuela a las personas por todas partes, ¿qué le queda al espectador? Diez segundos de impacto. Ahora, toma la misma escena y dile a la audiencia que hay una bomba bajo la mesa y que estallará en cinco minutos, todas las emociones del espectador serán diferentes porque les estás dando esa información…”

Bueno, eso ha sido hasta este momento el segundo acto de American Psycho, al finalizar el primer acto supimos de la bomba, la vimos estallar, sabemos qué tipo de desastre causa y que viene otra vez, nos dejaron saber que estalló una vez pero no nos lo mostraron, amenazó con estallar un par de veces más pero se apagó, sabemos que viene, y estamos en tensión la mayor parte del acto y de repente, estalla y ya no estamos frente a un hombre con un hacha, tenemos a Leatherface mezclado con Hannibal Lecter , Ted Bundy y quién sabe qué otros asesinos seriales ante nuestros ojos, la bomba estalló y se nos revela que no es la segunda ni la tercer vez, que ha venido estallando y que no va a aparar.

Pausa, Patrick está comiendo con su novia, le va a terminar, dice en voz alta: “no puedo evitar implicarme en una conducta homicida a gran escala, pero no tengo otra manera de satisfacer mis necesidades”, ella no le presta atención está conversando a la distancia con una amiga, él le dice “tenemos que hablar” y recordamos la escena con la amante, esa donde ella le dijo lo mismo y él desvío la conversación hacia su apariencia. Patrick y su novia terminan.

Fin de la pausa.

Entramos al tercer acto, la cosa se pone surrealista, Patrick cree que el cajero le pide que lo alimente con gatos callejeros, tiene una pistola, no sabíamos que tenía una pistola, está paranoico, asesina una anciana, cree que le persiguen, asesina a todo el que se le pasa por el frente, cree que se defiende, cree que estalla carros de policía con un disparo, le parece extraño, es extraño, entra a un edificio, el portero le llama señor Smith, asesina al portero, asesina un aseador, sale del edificio, entra a otro edificio, es idéntico al primero, firma su entrada, entra al ascensor, está a punto de llorar, cree que hay helicópteros persiguiéndolo, llega a su apartamento, está desorientado, confundido, alterado, llama a su abogado y confiesa.

Dice haber matado entre veinte y cuarenta personas, no parece tener sentimientos de culpa o arrepentimiento, pero sí mucho miedo y confusión, el mundo del espejo y el real se mezclaron y ya no sabe qué es verdad y qué es mentira, pero una cosa tiene clara, mató a Paul Allen y a muchas otras personas. Luego de la confesión Patrick suspira, parece aliviado.

Al día siguiente realiza su rutina de la mañana, como todos los días, luego se dirige al apartamento de Paul Allen donde tiene los cuerpos de todas las mujeres asesinadas y se encuentra con que está limpio, recién pintado y en venta.

La secretaria encuentra la agenda de Patrick llena de dibujos que refieren los asesinatos, él va con el abogado y este lo confunde con un tal Davis, luego le dice que su confesión no tiene sentido, que él no pudo haber matado a Paul Allen porque ellos, el abogado y Paul, cenaron hace diez días en Londres. Ahora, que Paul Allen viajó a Londres fue una invención de Patrick para encubrir el crimen.

Y así llegamos a veinte años de discusión donde la gente se pregunta si ¿todos los asesinatos estuvieron en la cabeza de Patrick o sí pasaron?, ¿eso que en este análisis nos tomamos la libertad de llamar la realidad del espejo es real o no?

Inmersión con maestría

Al sentarse a ver esta película inicialmente uno es un ojo externo que está siendo testigo de la historia; sin embargo, cuando llega el tercer acto la cabeza empieza a confundirse ya no se entiende qué es real y qué es mentira entonces uno empieza a cuestionar no sólo lo que está pasando en el tercer acto sino lo que ha pasado en toda la película o al menos los eventos más violentos, uno se pregunta: ¿qué de lo que me contaron es verdad? ¿qué de lo que vi es verdad? La película acaba y no da una respuesta directa, lo que sigue es un espectador intentando entender, intentando distinguir la realidad de la ficción, al interior de la ficción, y ahí está la maestría de la película.

La historia logra generarte la misma sensación que al protagonista, por eso hacia el final cuando el abogado le dice a Bateman que él almorzó con Paul Allen en Londres en dos ocasiones hace diez días, la expresión de Bateman es la nuestra, por un segundo sabemos exactamente qué está pasando por la cabeza del personaje, por un momento somos él nos devolvemos en la historia, escudriñamos en la memoria, por un segundo somos Patrick Bateman, pero él, por ser ese su universo, entiende rápidamente qué pasó y nos lo dice en la última narración y vos, si como yo seguías cuestionándolo todo, escucharás la última frase, la pantalla se irá a negro, empezarán los créditos y seguirás pensando, ¿qué putas?

¿Y qué fue verdad?

Yo creería que todo, que la mente de Bateman está distorsionando la realidad y esa distorsión es la causante del ataque de paranoia que provoca la masacre final, es decir, no creo que le estuvieran persiguiendo y por tanto no hubo explosiones, disparos cruzados y helicópteros, pero sí personas asesinadas, muchas, porque Bateman perdió, por una noche, su conexión con la vida real.

Él lo sabe, por eso llama a su abogado y confiesa, por eso la desesperación, porque si la realidad del espejo tomó el control él ya no domina sus decisiones, por eso en la confesión le dice al abogado: “mantén los ojos abiertos” hacia la mitad del primer acto ya nos había dicho “algo terrible está pasando en mi interior (…) mi deseo nocturno por sangre se está desbordando hacia el día, me siento mortífero, al límite del frenesí, creo que mi máscara de cordura está a punto de caer”, pues se cayó y no pasó nada, porque en el universo de Patrick Bateman la vida privada no solo no importa sino que no existe.

Si un hombre comete una serie de asesinatos y nadie se levanta para juzgarlo, ¿ocurrieron? Nótese que por los demás asesinatos nadie dice nada, la mayoría fueron prostitutas es indigentes, ¿cuándo la muerte de una prostituta o un indigente es noticia?

La investigación sólo fue por la desaparición de Paul Allen, pero en este universo los empresarios son intercambiables así que al final tampoco importó mucho, la película nos pregunta nuevamente: si un hombre comete una serie de asesinatos y nadie se levanta para juzgarlo, ¿ocurrieron? Es esto justamente lo que provoca la sensación de irrealidad, porque sin testigos ni evidencias, no hay crimen.

Preciosa humanidad, así cerramos el episodio de hoy, te recuerdo que si querés empezar a entrenarte en el ejercicio de escribir ficción podés ir a gimnasioparaescritores.com, revisar detenidamente los planes de entrenamiento, escoger el que más se adecúe a tus necesidades creativas y suscribirte.

Muchísimas gracias por escucharme, un saludo, un abrazo gigante y hasta luego.