“Se cuenta, por ejemplo, la historia del gran Minos, rey de la isla de Creta en el período de su supremacía comercial, que contrató al celebrado arquitecto Dédalo para que inventara y construyera un laberinto con el objeto de esconder en él algo de lo cual el palacio estaba al tiempo avergonzado y temeroso. Porque en la historia figura un monstruo, nacido a Pasifae, la reina. Se dice que el rey Minos estaba dedicado a atender batallas importantes para proteger las rutas comerciales; mientras tanto, Pasifae había sido seducida por un toro magnífico, blanco como la nieve y nacido del mar. Lo cual no era en realidad sino lo que la madre de Minos había permitido que le sucediera a ella: la madre de Minos era Europa y es bien sabido que fue un toro quien la llevó a Creta. El toro había sido el dios Zeus y el privilegiado hijo de aquella unión era el mismo Minos, ahora respetado por todos y servido con veneración. ¿Cómo iba a saber Pasifae que el fruto de su propia indiscreción sería un monstruo, este hijo con cuerpo humano, pero con cabeza y rabo de toro?
La sociedad culpó gravemente a la reina, pero el rey tenía conciencia de que parte de la culpa era suya. El toro en cuestión había sido enviado hacía tiempo por el dios Poseidón cuando Minos contendía con sus hermanos por el trono. Minos había sostenido que el trono era suyo por derecho divino y había pedido al dios que mandara un toro del mar, como señal y había sellado la plegaria con el juramento de sacrificar al animal inmediatamente, como ofrenda y símbolo de servidumbre. El toro apareció y Minos subió al trono; pero cuando pudo apreciar la majestad de la bestia que se le había enviado, pensó en las ventajas que le traería el ser dueño de tal ejemplar y decidió arriesgar una sustitución mercantil, que supuso que el dios no tomaría en cuenta. Por lo tanto, ofrendó en el altar de Poseidón el mejor toro blanco que poseía y agregó el otro a su ganado.
El imperio cretense había prosperado grandemente bajo el sensato gobierno de este celebrado legislador y modelo de virtudes públicas. Cnosos, la capital, se convirtió en el centro espléndido y elegante de la más importante fuerza comercial del mundo civilizado.
(…)
Pero en palacio, la reina había sido inspirada por Poseidón con una irrefrenable pasión por el toro y había logrado que el artista de su esposo, el incomparable Dédalo, le construyera una vaca de madera que engañara al toro, en la cual se ocultó de buena gana y el toro fue engañado. La reina dio a luz un monstruo, el cual, al paso del tiempo, empezó a convertirse en un peligro. Y Dédalo fue llamado de nuevo, esta vez por el rey para que construyera la tremenda cárcel del laberinto, con pasajes ciegos, con el objeto de esconder aquella cosa. Tan perfecta fue la invención que Dédalo mismo, cuando la hubo terminado, difícilmente pudo regresar a la entrada. Allí se encerró al Minotauro y desde entonces fue alimentado con mancebos y doncellas vivos, arrebatados como tributo a las naciones conquistadas por el dominio cretense.”
- El ritual de iniciación
- El vientre de la ballena
- El accidente
- El despertar del yo
- La negativa
- La aceptación y el punto de no retorno
- El guardián del umbral
- La autoaniquilación
Preciosa humanidad, les saludo. En la introducción escuchaste la versión de Joseph Campbell del mito de Minos y el Minotauro, me pareció una lectura adecuada para darte la bienvenida a la primera parte del resumen de su libro: El héroe de las mil caras. Antes de iniciar te recuerdo que, a partir de este momento, escucharás las citas textuales en segundo plano.
Ahora sí…
El ritual de iniciación
La travesía del héroe, según el estudio de relatos mitológicos realizado por Campbell, consiste en superar el ritual de iniciación, este le enseña al prospecto de heroína o héroe a morir para el pasado y renacer para el futuro, la muerte es el regreso al vientre de la madre, en ella se completa el círculo del camino, de la experiencia de vida. La travesía es, en resumen, un camino de autoconocimiento.
“…la aventura del héroe, ya sea presentada con las vastas, casi oceánicas imágenes del oriente, o en las vigorosas narraciones de los griegos, o en las majestuosas leyendas de la Biblia, normalmente sigue el modelo de la unidad nuclear (…); una separación del mundo, la penetración a alguna fuente de poder, y un regreso a la vida para vivirla con más sentido.”
Al atravesar estos tres momentos el héroe se enfrenta a un camino de autodescubrimiento, atraviesa pruebas, sufre, muere y resucita, igual que Jesús en la cruz, que Moisés a quien Dios le negó la entrada a la tierra prometida que alcanzó luego de años de vagar por desierto e igual que Bruce Wayne en el Batman de Cristopher Nolan, quien logra iniciar el camino de regreso a casa sólo después de haber sufrido lo suficiente y haberse encontrado consigo mismo, sólo después de madurar.
“El héroe, por lo tanto, es el hombre o la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar sobre sus limitaciones históricas personales y locales y ha alcanzado las formas humanas generales, válidas y normales.”
Pero ¿qué pasa si el héroe se niega a cumplir el ritual de iniciación? La negación del rito crea al monstruo tirano: egoísta, egocéntrico, avaro, de psique torturada, temeroso y agresivo que contamina todo y a todos.
La negación al llamado crea personajes como Minos, del mito que leí en la introducción. Ahora bien, en mi opinión este camino, en una estructura dramática, no es exclusivo de los personajes heroicos, sino que también encaja con los antihéroes que, aunque sean “egoístas, egocéntricos, avaros, de psique torturada, etc…” suelen recorrer, al pie de la letra las misma etapas que la heroína o el héroe, sólo que en una ruta negativa, es el caso de Walter White en Breaking Bad y lo usaré como ejemplo en un par de ocasiones más adelante.
El vientre de la ballena
Creo que en este punto podemos dejar en claro que la teoría de Campbell no es originalmente una teoría de estructura narrativa o dramática, pero es fuente primaria de la que han bebido grandes teóricos y escritores para analizar y escribir ficción.
Continuando con el camino del ritual de iniciación, nos adentramos al interior del Vientre de la ballena hoy pasaremos por seis etapas: el accidente, el despertar del yo, la negativa, la aceptación y el punto de no retorno, el guardián del umbral y la autoaniquilación:
El accidente
“La aventura puede empezar como un mero accidente, como la de la princesa del cuento de hadas; o simplemente, en un paseo algún fenómeno llama al ojo ocioso y aparta al paseante de los frecuentados caminos de los hombres.
(…)
Una ligereza ―—aparentemente accidental—— revela un mundo insospechado y el individuo queda expuesto a una relación con poderes que no se entienden correctamente. (…) los errores no son meramente accidentales. Son el resultado de deseos y conflictos reprimidos. (…) error puede significar un destino que se abre.”
Un evento fortuito llamará la atención de nuestra heroína o nuestro héroe, le obligará a girar la cabeza y cambiar el camino,igual que cuando en una película de terror un personaje se aparta del grupo, para morir un minuto más tarde seguro o para convertirse en la heroína o héroe de la historia,igual que Walter White en Braking Bad, como es la segunda vez que lo cito creo que viene bien, para quien no conozca la serie que lea una traducción del logline de la serie: “un profesor de química de colegio, quien está desahuciado a causa de un cáncer de pulmón, se asocia con un exestudiante suyo para fabricar y vender metanfetaminas y así asegurar el futuro económico de su familia.”
Retomando, estaba por ejemplificar con esta serie cómo un accidente, aparente, puede ser la puerta que se abre para comenzar la aventura, en el caso de Walter White, el camino del antihéroe:
Primero, ve en televisión cuánta plata ganan los narcotraficantes de metanfetaminas y nosotros vemos, en los ojos de Walter, eso que hace un momento llamabamos el error, el deseo reprimido, el destino que se abre; luego, es invitado a una redada, primero rechaza el llamado, más adelante lo acepta y por casualidad divina en la redada descubre a un antiguo estudiante suyo huyendo,ahí comprende a qué fue llamado y acepta,en adelante veremos la historia de cómo un profesor de química y su exalumno se convierten en capos narcotraficante de metanfetamina.El encuentro con su estudiante es el Llamado a la aventura.
El despertar del yo
“la llamada levanta siempre el velo que cubre un misterio de transfiguración; un rito, un momento, un paso espiritual que cuando se completa es el equivalente de una muerte y de un renacimiento. El horizonte familiar de la vida se ha sobrepasado, los viejos conceptos, ideales y patrones emocionales dejan de ser útiles, ha llegado el momento de pasar un umbral.”
La llamada a la aventura representa el despertar del yo, el comienzo de la búsqueda personal, porque al final, la búsqueda de la heroína o del héroe siempre le conduce a encontrarse a sí misma.
“…Eva la hija de Dios, que ha madurado lo suficiente para abandonar el idilio del Paraíso…”
El heraldo es el personaje encargado de realizar el llamado es descrito como
“…a menudo oscuro, odioso, o terrorífico, lo que el mundo juzga como el mal, pero que si uno pudiera seguirlo, se abriría un camino a través de las paredes del día hacia la oscuridad donde brillan las joyas.El heraldo puede ser una bestia, como en el cuento de hadas, donde representa la reprimida fecundidad instintiva que hay dentro de nosotros, o también una misteriosa figura velada, lo desconocido.”
Si retomamos el ejemplo de Braking bad y acordamos que, como dijimos, el llamado a la aventura está en el encuentro con su estudiante entonces él es el mensajero:un adolescente que cede a sus pasiones sin ataduras morales, un dealer de barrio, un mal hijo, un mal hermano.
“lo que el mundo juzga como el mal
(…)
…la llamada de la aventura’, significa que el destino ha llamado al héroe y ha transferido su centro de gravedad espiritual del seno de su sociedad a una zona desconocida”
La negativa
Sobre el mito del rey Minos y el Minotauro decíamos que este rey rechazó el llamado a la aventura y su negativa fue castigada por los dioses:
“La llamada no atendida convierte la aventura en una negativa. (…) el individuo pierde el poder de la significante acción afirmativa y se convierte en víctima que debe ser salvada.
Su mundo floreciente se convierte en un desierto de piedras resecas y su vida pierde todo significado, aun cuando, como el rey Minos, pueda tener éxito a través de un esfuerzo titánico en la formación de un imperio de renombre. Pero toda casa que construya será la casa de la muerte, un laberinto de paredes ciclópeas para esconder a su vista su propio Minotauro. Todo lo que puede hacer es crear nuevos problemas para sí mismo y esperar la aproximación gradual de su desintegración”
Quien rechaza el llamado es castigado, el castigo le convierte en víctima y entonces pueden pasar una de dos cosas o es salvado del castigo por un héroe (como tantas princesas en los cuentos de hadas) o atraviesa un camino empedrado que podría terminar con la salvación divina.
La aceptación y el punto de no retorno
“Para aquellos que no han rechazado la llamada, el primer encuentro de la jornada del héroe es con una figura protectora (…) La viejecita servicial y el hada madrina son personajes familiares al reino de las hadas europeo; en las leyendas cristianas de los santos ese papel lo representa generalmente la Virgen.
(…)
Lo que representa esa figura es la fuerza protectora y benigna del destino. La fantasía es la seguridad, la promesa de que la paz del Paraíso, que fue primero conocida dentro del vientre materno, no ha de perderse; que sostiene el presente y está en el futuro tanto como en el pasado (es omega y es alfa)«
El regreso a la tumba, que es el vientre materno, el inicio y fin del camino circular.
“No es raro que el ayudante sobrenatural tenga forma masculina. En el reino de las hadas puede ser algún pequeño habitante del bosque, algún hechicero, ermitaño, pastor o herrero que aparece para dar al héroe los amuletos y el consejo que requiere. Las mitologías superiores han desarrollado el papel en la gran figura del guía, el maestro, el conductor, el que lleva las almas al otro mundo. En el mito clásico es Hermes-Mercurio; en el egipcio, usualmente es Thoth (el dios ibis, el dios cinocéfalo); en el cristiano, el Espíritu Santo. Goethe presenta el guía masculino en Fausto como Mefistófeles, y a menudo se subraya el peligroso aspecto de la figura ‘mercurial’, porque él es quien induce a las almas inocentes a los reinos de la prueba.”
Esta figura protectora, femenina o masculina, es quien guarda el umbral, superarle es la primera prueba del héroe, aquí es donde demuestra valentía, una vez pasa el umbral ya no hay vuelta de hoja. Si continuamos con el ejemplo de Braking bad el umbral está representado en las primeras dos personas que Walter debe matar, cuando mata al primero da un paso adelante en el camino pero todavía podría devolverse, cuando mata al segundo, él sabe y nosotros como espectadores sabemos que ya no hay retorno, algo se modificó en él, ahorca a su víctima en medio de lágrimas repitiendo “lo siento” tantas veces que sólo provoca lástima, Vince Gilligan, el escritor de la serie, logra que como espectadores simpaticemos con el asesino y tengamos claridad, si es que nos quedaba alguna dudad, de cuáles son el tipo de pruebas con que este antihéroes se va a encontrar y cómo las va a afrontar. El ritual de iniciación empezó.
El guardián del umbral
“Tales custodios protegen al mundo en las cuatro direcciones, también de arriba a abajo, irguiéndose en los límites de la esfera, actual del héroe, u horizonte vital. Detrás de ellos está la oscuridad, lo desconocido y el peligro; así como detrás de la vigilancia paternal está el peligro para el niño, y detrás de la protección de su sociedad está el peligro para el miembro de la tribu.”
Y esa es la dirección que debe tomar la heroína o el héroe. El guardián es la figura maternal-paternal, superarles es la primera prueba, el camino inicia demostrando valentía frente a ese personaje:
“Es mejor no sacar al guardián de los límites establecidos. Y sin embargo, sólo atravesando esos límites, provocando el otro aspecto de la misma fuerza, o sea el destructor, pasa el individuo, ya sea vivo o muerto, a una nueva zona de experiencia.”
Es decir que, como el guardián quiere proteger a la heroína o el héroe de los peligros que están a su espalda, le protegerá aún si eso significa matarle.
“las fuerzas que cuidan la frontera son peligrosas; tratar con ellas es arriesgado, pero el peligro desaparece para aquel que es capaz y valeroso.”
La autoaniquilación
Y una vez dentro de ese templo resguardado por el guardián, una vez en el universo desconocido el personaje ha muerto, literal o metafóricamente y está de camino en una nueva experiencia, está renaciendo.
“La idea de que el paso por el umbral mágico es un tránsito a una esfera de renacimiento queda simbolizada en la imagen mundial del vientre, el vientre de la ballena. El héroe en vez de conquistar o conciliar la fuerza del umbral es tragado por lo desconocido y parecería que hubiera muerto.
(…)
…el devoto en el momento de su entrada al templo sufre una metamorfosis. Su carácter secular queda fuera, lo abandona como las serpientes abandonan su piel.”
Así cerramos el episodio de hoy, te recuerdo que las recetas para escribir ficción no existen, la teoría es funcional para ampliar los recursos creativos y nada más.
Preciosa humanidad, muchísimas gracias por escucharme.
Un saludo, un abrazo gigante y hasta luego.